Las mujeres de Antioquia hemos puesto nuestra voz a través de diferentes ejercicios de incidencia política en los municipios del departamento, con la activa participación de organizaciones sociales, de mujeres, feministas, grupos de base, redes, movimientos y colectivas, con el fin de posicionar nuestras apuestas sociales y políticas en los distintos instrumentos de planeación del desarrollo local y regional.
Hoy nos encontramos en este espacio con este mismo propósito: poner nuestra voz, asumirnos como sujetas políticas y velar porque nuestras reivindicaciones y luchas históricas por la defensa de nuestros derechos, sean incluidas en la planeación del desarrollo del departamento.
A continuación, presentamos algunas consideraciones producto de la revisión técnica y política que hemos hecho del proyecto de ordenanza de Plan de Desarrollo Departamental:
- ¡Del dicho al hecho hay mucho trecho!: los diagnósticos no guardan correspondencia estricta con las metas formuladas, lo que preocupa porque significa que difícilmente con este Plan de Desarrollo podrá avanzarse en la superación de las brechas de género en las nueve subregiones del departamento de Antioquia, en especial en lo que tiene que ver con los principales indicadores de calidad de vida de las mujeres como: pobreza, empleo, educación, salud, cobertura de servicios públicos básicos, vivienda, entre otros.
- El trazador de paz se enuncia, pero no se traduce en metas acordes con las prioridades de los municipios PDET -Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial- (PDET), de manera que no logra visibilizarse el cómo se pretende estabilizar los territorios más afectados por la violencia, la pobreza y las economías ilícitas.
- Por otro lado, la “alianza para la confianza” que han estructurado el gobernador Andrés Julián Rendón y el alcalde Federico Gutiérrez se concretó mediante 5 líneas de acción, ninguna de las cuales incluye proyectos para la igualdad de género, ni siquiera el de Sistema de Cuidado que ambos gobernantes destacan en sus proyectos de plan de desarrollo.
- Para el Plan “Firme por el Sistema de Cuidado” se requiere que más allá de nombrar programas y redactar un objetivo que menciona a las mujeres, se comprometa con metas físicas que formulen indicadores ambiciosos y concretos para el adelanto de las mujeres y el cierre de brechas, lo cual no logra hacer.
- Los indicadores de producto que plantea solo enuncian nominalmente algunos asuntos, pero no representan en la práctica una meta que transforme, mejore o aporte al avance en términos estructurales las condiciones de desventaja o desigualdad que enfrentan las mujeres. Por ejemplo:
- Sobre la Resolución 1325 sobre Mujeres, Paz y Seguridad: Aunque se incluye un capítulo de políticas, programas y proyectos para la construcción de paz, no hay ningún programa o indicador que haga alusión a la construcción de paz con enfoque de género en los municipios del departamento.
- Menciona la Política Pública de mujeres de Antioquia, institucionalizada mediante Ordenanza N° 13 de 2019. No obstante, no se determinan indicadores que apunten a las nueve líneas de la citada Política Pública.
- Seguridad y vida libre de violencias: solo menciona las rutas de atención, no hay metas de prevención, ni de transformación de imaginarios culturales que reduzcan las estadísticas de violencia intrafamiliar, física, psicológica, sexual, patrimonial, obstétrica ni en entornos virtuales. Tampoco menciona la reducción de feminicidios, ni la prevención de delitos sexuales, trata de personas o explotación sexual comercial de niños, niñas y adolescentes; situaciones que están exacerbadas en nuestro departamento y que merecen la disposición institucional para su atención y prevención.
- A pesar de ser este el primer Plan de Desarrollo posterior a la pandemia por COVID-19, no se identifican estrategias concretas que apunten a superar la agudización de las afectaciones en salud mental de las mujeres, el recrudecimiento de las violencias contra ellas y la ampliación de brechas para el acceso a derechos básicos como consecuencias directas del confinamiento y de la pandemia en general.
- Este Plan está formulado en lógica empresarial, ya que concentra su alcance principalmente en acciones de asesoría a entidades y dependencias, pero no trasciende al establecimiento de indicadores de calidad de vida con enfoques diferenciales, de género, de curso de vida, étnicos, de diversidades sexuales, ni territoriales.
- Las metas se diseñaron sin rigurosidad técnica ya que no se plantean líneas de base, no supera el nivel de gestión pública básica (instancias, visitas, instituciones, estrategias, informes, entre otros) y no se proponen número de personas a impactar con desagregación según los enfoques basados en derechos humanos, género, interseccional, diferencial, y territorial. No basta con enunciar poblaciones en programas específicos (indígenas, afros, LGBTI), hace falta transversalizar los enfoques que reivindican sus derechos en todo el Plan.
- Los indicadores son insuficientes y las metas son irrisorias frente al panorama de violencia, desigualdad y discriminación que enfrentan las mujeres y las niñas en los municipios de Antioquia. Con el estado actual del Plan de Desarrollo no se puede aspirar a reducir ni a eliminar las condiciones de desventaja e injusticia estructurales que afectan principalmente a las mujeres y a las niñas en Antioquia.
- Se debilita la institucionalidad de género con este Plan de Desarrollo. El riesgo de suprimir o fusionar la Secretaría de las Mujeres con otras dependencias que se rumoró al inicio de la actual administración, parece materializarse a través de la dispersión de las metas y el difuso planteamiento de indicadores sin focalización ni enfoque de género.